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miércoles, 5 de agosto de 2015

Un libro de Cayuqui para las celebraciones del 50 aniversario de Atlixcayotl

Propondrá Cayuqui a Galeazzi que lo publique el ayuntamiento.

Dos personas, de las que sabe, están escribiendo sobre el tema Atlixcayotl, basándose en fotocopias de su texto original, obtenidas de manera ilegal.

 Por: HÉCTOR ESTRADA CASAS

 Comenzamos hablando del significado de la palabra Atlixcayotl, pasamos por las satisfacciones y penurias antes del nacimiento del festival y durante su desarrollo en distintos momentos, y terminamos con la noticia de que Cayuqui cuenta ya con el primer borrador de un texto que habla del Atlixcayotl y de la historia de la música y las fiestas de Atlixco desde tiempos prehispánicos, hasta las fiestas de los sindicatos cromianos de los años cincuenta.


 En el cuarto de hotel donde cuida los males que hacen delicada su salud, Cayuqui me dio interesantes detalles que en otro momento publicaré de manera pormenorizada, pues para esta ocasión pidió a Re ENCUENTRO resumir nuestra entrevista con el fin de evitar distractores que dificulten entender lo que quiere hacer.

Así que respondiendo a su petición, resumo:

La palabra Atlixcayotl la utilizó por primera vez un grupo de mujeres indígenas de Atlixco, el cual se llamó Grupo de Danza Regional Atlixcayotl, y se formó con este nombre para hacer una presentación en el Auditorio de la Reforma de la ciudad de Puebla.

Esta presentación se realizó, conjuntamente con estudiantes oaxaqueños, en septiembre de 1965, y se llamó “Oaxaca, música, canto y danza”.

Para aquella presentación se cobró una entrada que permitiera recuperar algunos gastos y rescatar los trajes que para éstos Cayuqui empeñó, lo que da una idea de los problemas que se tuvieron pero que se resolvieron, como fue por ejemplo integrar al grupo con hombres de Oaxaca y mujeres de Atlixco porque las mujeres oaxaqueñas no tuvieron el permiso de sus padres de venir a la ciudad de Puebla.

—A ver —lo detuve—, hablas de esta presentación en septiembre de 1965, pero también hablas de rescatar en ese entonces trajes que empeñaste. Entiendo que ¿ya había algo atrás porque ya existían esos trajes?

—Son parte de una investigación todavía de diez años atrás, por lo que Atlixcayotl estará celebrando sus 50 años, pero yo estaré celebrando mis 60 años de investigaciones. También tenía ya la música grabada,  apuntes de la coreografía, dibujos míos y fotografías.

Con gran éxito, el grupo de muchachos indígenas de la universidad oaxaqueña y las muchachas de Atlixco, tuvieron presentaciones durante dos días en el Auditorio de la Reforma.  Fue ahí donde Cayuqui decidió traer al grupo a Atlixco al día siguiente para hacer una presentación “en un lugar que siempre me gustó, que siempre pensé serviría para eso: la escalera ancha”.

 Ese día llovía, era de noche y estaba a reventar de gente. Era la primera vez que se tenía en Atlixco un espectáculo de esta naturaleza, y gustó tanto que se pidió que volviera, pero Cayuqui valoró que los danzantes oaxaqueños no regresarían debido a las carencias que vivieron en Puebla, y por lo que “yo no tenía cara para volverlos a invitar”, expresó con pena todavía.

Cayuqui entonces decidió armar un programa atlixqueño, para el cual se adoptó el nombre de Atlixcayotl, presentándolo el 20 de diciembre de 1965. Este fue el primer Atlixcayotl, realizado en la escalera ancha, por lo que Cayuqui aclaró que Atlixcayotl cumple 50 años el próximo mes de diciembre, y el Huei Atlixcayotl y el Atlixcayotontli, cumplen 50 años en septiembre de 2016.

El libro

Hasta aquí Cayuqui permaneció recargado en dos paquetes que tenía sobre la mesita redonda de la habitación del hotel, y mientras se colocaba los anteojos, hizo una interesante conclusión:

No hay que subestimar  la importancia del Atlixcayotl. Digan lo que digan, fue el Atlixcayotl lo que puso en movimiento los mecanismos que transformaron Atlixco en la ciudad que es hoy día. Cuando conocí Atlixco por primera vez, allá por mediados de los años cincuenta, no había nada, NADA.”

Y lo describió:

Atlixco era un pueblo simpático pero gris. Nada lo distinguía de las demás ciudades chicas de la provincia mexicana. Su único reclamo a la fama eran sus fábricas textiles que para entonces estaban en declinación y, ya lo sabemos, terminaron en la ruina.

Y pasó al anunció que responde a quienes durante años le demandamos el testimonio escrito por él, solo por él:

“Todo este proceso del Atlixcayotl y su significado lo he vertido en el texto de este libro que he titulado ‘Atlixcayotl, fiesta, danzas, usos y costumbres de Atlixco, Puebla (Tomo I). Lo he titulado así por el momento, aunque sigo buscando el título más adecuado.

Me mostró la propuesta de un libro en pasta dura, y me explicó que “pude terminar el primer borrador del libro con la ayuda de una beca otorgada por CONACULTA y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla como consecuencia de un concurso que gané en 2005, pero muchas personas más me ayudaron en el proceso cuyos nombres son mencionados en los reconocimientos del libro.

Tras abrir sus páginas varias veces, unas para encontrar algo específico y otras al azar, recargó la espalda con pesadez en la silla y expresó:

Sé que por lo menos hay dos personas más que están escribiendo historias del Atlixcayotl, pero que son basadas en fotocopias de mi manuscrito original, obtenidas ilegalmente.

El peso de esto me hizo permanecer en silencio, esperando escuchar la solución que seguramente viene jugado en la cabeza durante el día y la noche, y agregó:

“Pero será fácil refutarlas, ya que mi obra está registrada en los archivos de la biblioteca del congreso de Washington desde 2007.

 Y soltó lo que en su momento se haría:

 Incluso será posible demandar a estas dos personas por plagio por la misma razón.

 Y es que observó que “esta obra está basada en vivencias personales que los otros no pudieron experimentar, pues esta época sucedió cuando una de estas dos personas era infante y la otra todavía no había nacido.

Pero también externó lo que hará por el momento:

 Pienso ofrecer este texto inédito al señor presidente José Luis Galeazzi para ser publicado por el H. Ayuntamiento, como una parte de las celebraciones del 50 aniversario del Atlixcayotl; y en el caso de que no sea posible que el ayuntamiento lo publique, hay otras personas interesadas en hacerlo.

El primer borrador es un legajo de 450 páginas que tomó en sus manos para mostrarlo mientras destacaba que “las ilustraciones fueron ejecutadas por el propio autor, unas 150 de ellas y 100 fotografías del proceso de la creación del festival nunca antes publicadas.” +