Autoridades
de la colonia Álvaro Obregón volvieron a exponer los problemas que se tienen en
el parque de la Rotonda, ahorcado por el hacinamiento de comerciantes. / Impedirán la instalación de casetas que pretende el ayuntamiento, anunciaron.
por: HÉCTOR ESTRADA CASAS
El parque más descuidado del
municipio, el más inseguro, el más sucio, el más dañado, el más feo y para el
que no existen respuestas, está cerca del centro de la ciudad de Atlixco, en la colonia Álvaro
Obregón, en la periferia inmediata del pueblo mágico.
Si bien se inserta en la
problemática estructural que plantea el tianguis de la ciudad, el deterioro que
casi lo extingue lo provoca la convivencia erosiva de una parte de la sociedad
atlixquense que practica el comercio con hábitos que evidencian el capítulo
restrictivo de la reglamentación municipal.
El tema lo hacen viejo gobiernos
que van y vienen sin respuestas, lo mismo que parte de los vecinos que se
adaptan a un ámbito de hacinamiento al que le ven la oportunidad de autoemplearse.
Por eso todos, sin importar la calidad de vida, lo justifican como mal
necesario. De ahí que las autoridades de la colonia Álvaro Obregón, en un afán
de no quitar el pan de la boca a los que ahí trabajan —por cierto ya viejo
chantaje de los líderes de comerciantes—, se limitan solo a reclamar la
dignificación de su parque.
Ma. del Rocío Flores García |
Este sábado, las autoridades
de esa colonia llamaron a los medios informativos para denunciar
una vez más los problemas que tiene su parque y que nadie oye: prostitución,
borrachos durmiendo en las áreas verdes, basura, narcomenudeo —a 60 pesos la
bolsita, dijeron—, drogadicción, inseguridad y oficios, muchos oficios que han
metido al ayuntamiento y que no tienen respuesta.
Es decir, lo mismo de siempre,
salvo que esta vez lo que los llevó a darle una repasada a los problemas de
este espacio público, fue que se instalarían unas casetas para los comerciantes
que quedarían permanentes, y que tendrían la misma longitud de los pasillos.
Ramón Albazo Domínguez |
“Si ponen esas casetas —señalaron—,
ya no los vamos a poder quitar, por lo que no vamos a permitir su instalación”.
Y es que las autoridades de la colonia destacaron que están proponiendo que ya no
se permita la entrada de vehículos de carga al tianguis para que esos espacios que
ocupan se los den a los comerciantes que venden en el parque —sin permiso,
aseguraron— y éste se despeje, pero contrario a esto, con el argumento de estar a
tono con el pueblo mágico, se instalarían esas casetas que tendrían un costo de
25 mil pesos cada una.
Ramón Albazo Domínguez |
Los problemas del parque de la
Rotonda siempre desembocan en la necesidad de reubicar el tianguis, tema de mucho
dinero que no se tiene, y entonces todo queda para la imaginación de los
servidores públicos que, por más búsquedas sesudas tienen, no encuentran su
oportunidad de derrochar el talento que un día nos dijeron tener, aunque se les
debe reconocer audacia: ¿Casetas en el parque de la Rotonda donde el hacinamiento
no permite ángulos de observación? No es argumento válido entonces si el
contexto es el pueblo mágico, pero sí lo es para la comodidad de comerciantes
que impedirían de manera más decidida la recuperación de un espacio de esparcimiento
diario e identidad, no solo de los vecinos sino de los habitantes de la ciudad por
tener una fuente catalogada por el INAH.
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